La masculinidad en tiempos modernos se aleja de los cánones tradicionales de ‘virilidad’. El hombre del siglo XXI no solo cuida su aspecto. También se preocupa por expresar sus sentimientos e involucrarse en las tareas del hogar.
![]() Psicóloga Clínica Dra. Martha Leiva - “Con el tiempo, el hombre ha ido buscando terrenos que antes eran exclusivamente femeninos, y lo mismo ha pasado con las mujeres”. | ¿Los preferimos más delicados y elegantes como David Beckham, o más rudos y de rasgos menos ‘perfectos’, como Hugh Jackman o Javier Bardem? El concepto de masculinidad ha ido evolucionando con el paso del tiempo, y seguirá cambiando a pasos acelerados. Pero algo queda claro, según la Psicóloga Clínica Dra. Martha Leiva, directora del Centro Family’s House: el típico ‘macho’ aguerrido y dominante, que asumía un papel autoritario en todas las esferas de su vida, ha quedado en el pasado. Conforme los hombres y las mujeres han ido ganando igualdad en el campo laboral y en el hogar, los patrones tradicionales de ‘virilidad’ y ‘femineidad’ se han ido fusionando. Hoy ya no resulta tan extraño que una mujer sea el motor económico del hogar, o que un hombre se quede en casa al cuidado de los hijos. |
---|---|
Concepto atractivo
De hecho, hace algunos años, se popularizó el término ‘metrosexual’ para describir a aquellos hombres que muestran sin problemas su lado femenino.
Ellos pueden pasar largashoras en los salones de belleza o en el gimnasio, y adoptar sin complejos prácticas que antiguamente se asociaban únicamente a las mujeres, como depilarse las cejas o usar cremas para el rostro. David Beckham, por ejemplo, es considerado por muchos “la estrella metrosexual por excelencia”. Y su imagen extremadamente cuidada no le ha restado masculinidad.
En tiempos más recientes, sin embargo, ha aparecido otro modelo masculino: el ‘ubersexual’ o ‘megasexual’. Son hombres que no han renunciado a cuidarse (aunque esta no sea su principal preocupación), pero que más allá de la imagen, engloban un ‘concepto atractivo’.
Pueden verse aparentemente rudos o tener rasgos menos “perfectos” no ocultan arrugas ni canas, pero son muy abiertos a expresar sus emociones, o a escuchar y hablar de temas sensibles como el dolor y el miedo.
En este nuevo papel, el hombre no se siente menos masculino por rechazar la agresividad y la severidad, y apostar, por el contrario, por la tolerancia, la solidaridad y la ternura. Además, juegan un rol importante en el hogar, invirtiendo horas en la crianza de los hijos.
Para Leiva, este perfil encaja perfectamente con el hombre moderno del siglo XXI. PUBLIMETRO